El proyecto consiste en la construcción de un edificio de 6 viviendas, desarrollados en planta baja y planta primera.

El edificio resuelve los espacios habitables en un núcleo central de gran inercia térmica construido con tierra compactada in situ. Se construye una doble piel perimetral de madera que a las orientaciones de norte, este y oeste se desecho del muro masivo construido con tierra creando un espacio tampón con la función de proteger los espacios centrales de las viviendas.

A sur esta doble piel se vuelve transparente por, con una función de captación solar pasiva, construir un muro de inercia que calentará el edificio en invierno. Este muro de inercia acumula la radiación solar en invierno y transmite por radiación el calor hacia el interior de las viviendas.

Así pues, la suma de la inercia térmica, la jerarquía de condiciones higrotérmicas de los espacios, el súper aislamiento, la gestión del sol y la sombra, la ventilación natural cruzada y las estrategias de free-cooling nocturnas en verano, dotan el edificio de confort térmico durante todas las épocas del año.

Una selección consciente de materiales minimiza al máximo el impacto ambiental del edificio a la fase de construcción.