Se trata de un conjunto de alojamientos inclusivos y sostenibles, promovidos por el Institut Balear de l’Habitatge (IBAVI), que se destinarán principalmente a la gente mayor.

La estrategia diferencial del proyecto se basa en el aprovechamiento del material procedente del derribo de la misma escuela, para la construcción de las futuras viviendas. Esta técnica, que ha sido considerar como «minería urbana» permite recuperar materia primera de infraestructuras ya existentes, para reciclarla y darle un nuevo uso.

El edificio se estructurará en dos grandes bloques, dispuestos en forma de L, con fachadas paralelas a las dos calles, dejando un espacio libre en el interior, que funcionará como jardín y patio comunitario.